Además de ser el elemento de unión del coche con la carretera y, por tanto, esencial para mantener su control, también afecta a otros sistemas y elementos mecánicos.

Es muy importante llevar la presión adecuada, ya que puede afectar  la suspensión, las rótulas, los rodamientos, las llantas, Etc…

Presión excesiva

Llevar los neumáticos del coche con una presión por encima de la recomendada supondrá un desgaste prematuro de la parte central, con la consiguiente pérdida del dibujo, provocando problemas de agarre.

Poca presión

Si los neumáticos han perdido presión y esta se encuentra por debajo de la que le corresponde (indicada por el fabricante del vehículo), las gomas se desgastarán por los laterales, tanto internos como externos. Los problemas no tardarán en aparecer: en primer lugar, se pierde agarre y estabilidad, y lo más grave es que las gomas lleguen a separarse de las llantas. Esto hará que no se pueda controlar el coche… y el accidente esté garantizado.

Desgaste excesivo y deformación de los neumáticos

Basta con un simple medidor tipo «bolígrafo» o calibre, que tienen un vástago que puedes introducir en la banda de rodadura para comprobar los milímetros de profundidad del dibujo. Incluso una tarjeta con una escala graduada puede servir para esta operación.




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